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2 de febrero de 2015

Nuevos dueños, nuevos proyectos


En estos últimos días, por fín, algunas de mis creaciones ya tienen dueño. Es realmente halagador saber que alguien utiliza algo que yo he creado.

Las navidades pasadas no fueron muy productivas en el sentido creativo. Me he tomado un respiro y estoy intentando hacerme una lista con las prioridades y encargos que tengo.

Siguiendo con los pillapáginas de Little Owl's Hut, realicé esta ranita para mi buena amiga Christiane:




Hace tiempo decidí comenzar con mis propios diseños y patrones. Lleva su tiempo, su prueba y error, su hacer y deshacer. Es entonces cuando eres consciente del trabajo que va debajo de cualquier pequeño objeto, y sobre todo, del valor que tiene, sea el que sea.  En estos tiempos de "piratería digital", pocos son los que están dispuestos a pagar por algo único, en sentido literal, y creen tener derecho a la gratuidad del trabajo de los demás, sean libros, películas, música o patrones. No es mi caso.

Volviendo al título del post, mi amiga Begoña, que sí valora el trabajo de artesanía y manualidades, se llevó cuatro de mis muñecos: Kira, la mamá canguro de Lalylala; el conejo de Lalatoys; y una pareja de ositos de cosecha propia. Estos últimos forman parte de una serie que empecé sobre parejas de cuentos y que espero continuar.

Están tejidos con 100% algodón y son lavables a máquina. Los brazos y las piernas se pueden mover, para que puedan tener diferentes posturas y no se queden rígidos, y los vestidos se pueden quitar. 



Espero que sus dueños disfruten jugando con ellos tanto como yo disfruté haciéndolos.

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