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24 de agosto de 2015

Cuadro con cuervos y bayas

Blackbirds and Berries de Kim Diehl
Ya comenté en mi entrada de Variantes de la bolsa reutilizable que quiero deshacerme de los pequeños retales que voy guardando y un cuadro de patchwork es la típica idea 3B: buena, bonita y barata.

Cuando salgo de vacaciones por un período largo, el equipaje dedicado a la costura tiene que caber en un bolso que realicé -también con retales- para esta función. Así pués, la costura tiene que cumplir cuatro requisitos:
  que se pueda coser a mano,
  que sea pequeña,
  que no necesite demasiado material y
  que todo quepa en mi bolso.

Tengo varios proyectos de cuadros de patchwork donde se reutilizan muchos retales. Al final, entre todos, elegí un cuadro de Kim Diehl, titulado Blackbirds and Berries, de su libro Homestyle Quilts que compré en ShopMartingale, porque cumplía los cuatros requisitos.

Me preparé una lista y un día antes de irnos, fui metiendo todo el equipo en el bolso: retales de diferentes tonos lo más parecidos al original; guata; tela trasera y tela para el fondo de la aplicación; entretela adhesiva de doble cara; plantillas de la aplicación; regla; tijeras; agujas de acolchar e hilo; bolígrafo para marcar los dibujos; cutters; alfileres y, por supuesto, las instrucciones del patrón.

Cuando llegué comencé con la aplicación. Fui cosiéndola con punto repulgo en vez de punto festón.  El punto repulgo, llamado en inglés Whipstich, es un punto parecido al de sobrehilado hecho a mano, solo que las puntadas visibles son rectas y no diagonales. Se usa para unir aplicaciones en fieltro y en patchwork.

Detalle del punto repulgo

Una vez terminada la aplicación, cosí el marco interior y, posteriormente, uní el cuadro al marco.


Luego,  comencé el acolchado de las tres capas a mano. Este paso me llevó, como siempre, bastante tiempo. Y luego le añadí el borde.


Detalle del acolchado
Detalle del punto escondido para unir el borde

Y éste fue el resultado final.




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